Si tu has tenido problemas de peso, tal vez desde niña o tal vez recientemente, tal vez pasaron una serie de sucesos que hicieron que te volcaras hacia la comida, y ahora comes con culpa, claro has subido de peso, ya no tienes el mismo cuerpo, o nunca has tenido el cuerpo que quisieras, y eso te provoca un gran conflicto interno, y cuando comes algo que es delicioso pero que tu consideras prohibido, al tercer, cuarto bocado, empiezas a sentir esa angustia que te hace sentir culpable y te hace arrepentirte y quererte castigar de una u otra forma, a través de ejercicio intenso, de una dieta muy restrictiva, o si ya tu problema es más grave, a través de la bulimia –comes y vomitas- o pasas períodos de anorexia donde no comes nada, para compensar lo que te comiste en ese momento, ese día, en esa celebración de cumpleaños, en el aniversario de bodas, en la fiesta de tus papás, en la fiesta de tu mejor amiga, y vives un infierno……

Vives un infierno porque no sabes, no has entendido, no aceptas, que comer es parte de la vida, es el acuerdo que hiciste cuando llegaste aquí a esta tierra a pasar una experiencia que solamente puede experimentarse a través de tu cuerpo, y para poder realmente experimentar la vida de una manera satisfactoria, feliz, con alegría, necesitas que tu cuerpo esté bien, y parte de esa aceptación, es que necesitas nutrirlo, y para nutrirlo necesitas comer, claro no me refiero solamente a la nutrición del cuerpo, también necesitamos nutrirnos espiritual, mental, emocionalmente, porque la vida tiene muchas facetas y el cuerpo es solo una, pero es vital que entiendas que el cuerpo es sumamente importante, hay que cuidarlo, es el templo de tu espíritu, es con el cual tu podrás experimentar todas las maravillas que hay en esta tierra.

Comer es un acto humano, es un acto animal, comer es el acto con el que todos los animales podemos sobrevivir, si no lo hacemos, morimos, y por eso es importante que tu entiendas y aceptes, que tu eres un comensal de la vida, y que como comensal de la vida necesitas comer, dejar de sentirte culpable porque comiste algo que te dio mucho placer, no puedes seguir viviendo así, castigándote, a cada momento, sintiéndote la peor de las personas porque no cumpliste con esa dieta tan estricta que te habías propuesto, y esa dieta estricta es una forma de castigo, es una forma de dejar de reconocer tu grandeza, y de decir que no mereces vivir, que no mereces lo bueno que te ofrece la vida, lo bueno que te ofrece el mundo, la tierra,

Me queda claro que hemos ido haciendo juicios con respecto a lo que es bueno o malo para comer, y la verdad es que han sido programaciones que hemos ido haciendo a través de lo que hemos visto, vivido y de lo que nos han enseñado, por eso es importante que entiendas el proceso, que entiendas que es algo normal, no eres mala ni culpable de nada, responsable de tu vida únicamente. En el momento en que dejas de ver a la comida como tu enemigo, empezarás a reconciliarte con otras partes de tu vida.

Nutrirte es un acto de amor hacia ti misma y nadie puede amarte más que tú, tienes que amarte tanto, como quieras que te amen los demás, tu eres el principio y el fin de este amor.

Te voy a dar unos consejos para nutrirte de la mejor manera, porque comer con culpa engorda:

1) Antes de comer agradecer de que tienes una mesa, un plato, un alimento y en vez de pensar que van a ser lonjas en tu cuerpo, piensas que es nutrición, cómo cada célula de tu cuerpo se va a nutrir con eso que vas a comer
2) Come solamente si tienes hambre, si no tienes hambre no comas, coma hasta que sientas hambre pero física, confundimos el hambre con sed, o confundimos el hambre con antojos, pensamos porque se nos antojó comer un chocolate tenemos hambre, el hambre empieza de menos a más, va incrementando gradualmente, hasta que empiezas a sentirla en el estómago. Los antojos son inmediatos, te dan de repente y son de cosas específicas, el hambre no tiene algo específico, tienes hambre, el antojo es específico, quieres ese chocolate, ese pan, o la fruta, el bistec, el taco, la torta, que mas da. Entonces el consejo es que comas cuando tengas hambre.
3) Para de comer cuando estés satisfech@ pero no hastiad@, llen@, sino cuando estés digamos, que como a ¾ de tu estómago, poco a poco lo vas a ir entrenando, te vas a ir dando cuenta, que estás satisfecha@ sin estar llen@, sentirte bien, sin hambre, pero no llen@, que te sientas mal porque comiste de más, que hasta se te revuelve el estómago. Vas a ir poco a poco dándote cuenta de eso.
4) Come en un ambiente relajado, sin distracciones, si estar viendo la tele, leer el periódico o un libro, concéntrate en la comida, si estás acompañado, está presente aquí y ahora, en lo que estás haciendo, disfrutando lo que estás comiendo, masticando. Hay gente que absorbe la comida, tu no la absorbas, saboréala, mastícala, trata de masticar cada bocado entre 20 y 30 veces y sentir cada sabor. La lengua es la que siente todos los sabores, por lo que tendrías que masticar perfectamente bien con toda tu boca para poder tener esas sensaciones deliciosas de la comida. Y además muy importante tu postura, que estés derech@ con tus hombros hacia arriba. Tu postura es muy importante, porque el proceso digestivo empieza en la boca, por lo que necesitas que la comida pase bien a través del esófago, y eso se ve beneficiado cuando tienes una buena postura. Cuando estás encorvad@ vas a tener mala digestión.

Deseo sinceramente que esto pueda servirte, ponlo en práctica, deja tus comentarios y platícanos como te fue, lo que tu comentes puede servirle a otras personas.

Vive con Pasión!!!

Sandra Peniche