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Un año más que concluye, 365 días vividos, la pregunta es ¿Cómo los viviste? ¿Los disfrutaste al máximo?

Cada año acostumbro hacer el recuento de mis días en la última semana.

Es una mirada al espejo al despertar, verme genuinamente sin máscaras, tal cual, sin maquillaje ni pretensiones.

Soy yo conmigo misma escudriñando cada arruga, cada pliegue, cada imperfección, cada cualidad, mi expresión, mi mirada….

Ahí no hay apariencias, auto-engaño. Solo la verdad. ¿Quién está frente al espejo? ¿Cómo me he desarrollado internamente en los últimos 365 días? ¿He cumplido lo que dije que haría? ¿Soy más feliz? ¿Me conozco más? ¿Cómo es mi relación conmigo y con el mundo que me rodea? ¿Entiendo más de la vida? ¿Qué quiero crear este Año Nuevo 2017 que se aproxima?

La atmósfera se satura de preguntas, algunas, sin respuesta aún, pero con la certeza que en su momento la tendrán.

Se murió de amor -dijo mi esposo- yo curiosamente pregunto ¿Quien? George Michael respondió.

¿Morir de amor? ¿Y por qué no vivir de amor? ¿Qué no es suficiente motivo para vivir?

Me refiero a amor a uno mismo, ese sentimiento sublime que nos invade cuando vemos a un hermoso bebé. Es amor real, auténtico, sin condiciones. Que toca el corazón, lo enternece, lo hace vibrar y nos provoca sentimientos de alta frecuencia.

Ese el el amor necesario sentir por ti misma. Amarte sin reservas, sin condiciones, sin barreras, incondicionalmente; aunque la riegues, aunque te equivoques, aunque pienses que no lo mereces.

Si tus pensamientos, sentimientos y acciones los realizas desde este lugar de amor incondicional hacia ti misma, nada puede herirte, ni ser malo, ni para ti ni para nadie.

Se que no es fácil, se requiere estar consciente en todo momento. Y te vas a equivocar, y caerás muchas veces, pero te darás cuenta y volverás a levantarte para intentarlo de nuevo. Hasta que tu corazón se sosiegue, esté en paz y se derrame de amor hacia ti y a tu alrededor.

Es un trabajo diario, constante, consciente, apasionante, retador, pero vale la pena cada trecho.

Hoy a 5 días de que acabe este año ¿Qué decides construir? ¿Qué año deseas crear? ¿Cómo quieres que sea tu vida en las próximas 52 semanas? ¿Qué valores quieres que predominen? ¿Cómo quieres sentirte?

Nota que no estoy hablando de propósitos de año nuevo, esos normalmente están relacionados con el peso, el dinero o la pareja. No quiero decir que esté mal. Sin embargo crear tu mejor año va más alla de lo material, tiene que ver más con un estado del ser, un estado de consciencia. De cómo quieres sentirte cada día y de ahí partir para hacer un plan de acción inspirado en eso que realmente quieres desde el corazón.

La naturaleza humana reclama las mismas necesidades: sustento, seguridad, sentido de pertenencia, reconocimiento y autorrealización.

Para el propósito de este artículo, me refiero a la última: la autorrealización. La que nos lleva a salir de la caja y empezar a crear desde la magia interior, desde el espíritu creativo que todos albergamos, que nos lleva a realizar nuestros más grandes sueños; la que nos hace trascender el tiempo y el espacio dejando nuestra huella en el mundo. La que te lleva a crear la vida que amas desde tu ser más elevado.

¿Qué esperas?

Feliz 2017!!!!

Sandra